En el mes de los enamorados, la oferta de juguetes y lencería erótica creció notablemente, así como también lo hicieron sus consumidores. Las encuestas revelan que cada año los regalos íntimos superan a los obsequios tradicionales como flores, peluches o cenas románticas.
Tuvo mucho que ver con el crecimiento la desmitificación de que los sex shops eran sólo para “degenerados” o “gente necesitada”. Esto favoreció a una apertura en la mente de la sociedad que comprendió que frecuentar estos lugares era un hábito de cualquier persona que esté en búsqueda del placer y de la exploración sexual. En la década del ´90 con la llegada de las líneas telefónicas hot (0-600…) los argentinos comenzaron a sentir más curiosidad por el tema, eso les permitió abandonar las galerías ocultas y sótanos para salir a la calle a la vista del público.
Una investigación efectuada por el Estudio Canudas concluye que solo en la Ciudad de Buenos Aires existen 40 puntos de venta, tan sólo basta con caminar por las principales calles de Microcentro o por Av. Corrientes. Sin embargo, la expansión ha llegado también a los barrios porteños de Palermo y Belgrano.
La novedad es que muchas de estas marcas replican su éxito a través del sistema de franquicias por ser un negocio de baja inversión y con un mercado de creciente expansión. Algunas franquicias en funcionamiento son: Buttman, SexShops Argentino, Kisme, Extasy y Manzanas Rojas, entre otras.
Los primeros consumidores, en su mayoría hombres, se acercaban con timidez y vergüenza como si fuera algo “terrible o prohibido”, sin embargo en los últimos años cada vez son más las mujeres que se animan a preguntar y elegir el producto con total normalidad.
Complementario a estos negocios y lo que demuestra el gran potencial del mercado, aunque es un fenómeno mundial, es el furor en Argentina es el TupperSex. Se trata de reuniones de mujeres adultas, que se juntan para hablar de sexualidad, contar sus experiencias personales y comprar objetos y accesorios para su intimidad. Consultoras especializadas y bajo la modalidad de venta directa, organizan estos encuentros que son cada vez más solicitados y concurridos.
La incorporación de los sex shops al mundo de las franquicias revela que los vibradores, geles, disfraces y juegos eróticos hoy ya son parte de un retail que ha llegado para quedarse. Se nos suma así, otro rubro a los que ya se incorporaron definitivamente al franchising. Y si se anima, pruebe…. invertir en este sensual negocio.
Profesionales Consultados: Equipo de Investigación del Estudio Canudas |