Clara Barcelo es una marca pero no hace muchos años era sólo el nombre de una joven estudiante de diseño de indumentaria en la UBA. Siempre relacionada con la moda a través del negocio familiar y aun estando en la facultad, comenzó a trabajar en una fábrica de zapatos como asistente de diseño. Ese primer acercamiento le permitió saber cómo funciona una fábrica y otros aspectos de la creación y confección de calzado. Posteriormente y al dejar ese trabajo, comenzó en una tienda de bikinis que al poco tiempo le solicitó diseñar zapatos para niños. Paralelamente, un día recibe un email de un proveedor anterior que le pedía le diseñara unos zapatos para sus negocios. Clara Barceló decidió aceptar el reto y creo los primeros 12 pares de zapatos que se vendieron rápidamente.
Esa experiencia le hizo darse cuenta que podía diseñar y crear zapatos de manera independiente y finalmente a mediados de 2011 se decidió a desarrollar una marca propia: así nace Clara Barcelo. Con cada encargo ganó experiencia y lo que hace cuatro años comenzó con 12 zapatos y venta en ferias y redes sociales ahora llega a 2500 pares distribuidos en locales en Buenos Aires y Tucumán.
Un buen primer paso para toda marca que comienza es arrancar con un showroom. A diferencia de un local, funciona como oficina y punto de venta y exhibición, pero con horarios más reducidos. Con este primer paso Clara Barcelo se dio a conocer en un punto de venta que le permitió ampliar su mercado. Hoy por hoy cuenta con tres locales: en Tigre, San Isidro y Recoleta. La ubicación de estos puntos de venta responde estrictamente a la demanda: estas tres localizaciones engloban al tipo de cliente que elige la marca Clara Barcelo: mujeres entre 25 y 40 años aproximadamente, que pueden permitirse un zapato en cuero muy trabajado y con muchos detalles en su diseño y confección.
¿Qué caracteriza a los zapatos de esta marca? Mucho trabajo artesanal, con materias primas nacionales y mano de obra también nacional, desde bordadores hasta gente que trenza el cuero a mano. De la misma manera, es la misma dueña de la marca quien sale a seleccionar sus propios materiales y proveedores con quienes el trato directo es fundamental.
Un rasgo de marca: no buscar la masividad. La cantidad de zapatos que se producen es reducida: no suele superar los 200 pares por modelo de zapato y entre 60 y 100 para los modelos de carteras. Además, la combinación de materiales y colores se traduce en una identidad muy marcada llevada también a la imagen del local creada por su propia dueña. Estos rasgos: un producto de alta calidad, con características muy definidas, un diseño en la imagen y en el producto muy elaborado y definido es lo que hacen que actualmente la marca esté preparándose para expandirse bajo la forma de franquicia. Además, en sus planes de futuro también está incursionar con una línea exclusiva de zapatos para niños y empezar a pensar en exportar fuera de nuestro país. Profesionales Consultados: Clara Barcelo
www.clarabarcelo.com
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