“Todo hecho por manos de artesanos”, suelta Mariana Bauza para resumir la propuesta de su reciente emprendimiento gastronómico “La Alacena”.
Un acogedor ambiente recibe a los clientes, el olor a café inunda todo el salón, una de las chefs acomoda el pan amasado a la mañana y recién horneado en el mostrador mientras su socia bate la crema para el café de uno de los clientes. Lo fresco, lo artesanal y lo rico se unen con una arquitectura que invita a los comensales a estar varias horas degustando un riquísimo menú y, en algunos casos, a aprovechar el silencio que caracteriza al lugar para trabajar.
“La Alacena” nació bajo el rotulo “restaurante de autor”. Mariana Bauza y Julieta Oriolo se conocieron en la escuela gastronómica del Gato Dumas, trabajaron juntas y separadas en importantes restaurantes, pero siempre tuvieron ganas de iniciar una propuesta propia. Luego de 10 años de experiencias y vivencias se unieron y crearon su primer emprendimiento con ganas de deleitar a los comensales con sus menús y creaciones.
“Todo el diseño lo hicimos nosotras”, explica Mariana y cuenta que no les fue fácil encontrar la locación para inaugurar el restaurante porque “nos gustaba la zona de Almagro y al principio no conseguíamos el lugar”. Luego de buscar y buscar encontraron un local en la esquina de Honduras y Gascón. Si bien no tenía cocina, optaron por arrancar “La Alacena” desde cero.
Los restós inaugurados por sus propios chefs poseen el plus de que quienes trabajan en las cocinas y entre las mesas son los mimos que las construyen y diseñan. “Toda la experiencia recaudada en otros sitios nos sirvió para aprender de los errores cometidos por otros y propios”, sostiene. Ambas diseñaron la cocina y, aunque tuvieron la ayuda de arquitectos, fueron ellas quienes diagramaron el futuro funcionamiento. “Es chica a la vista, pero muy funcional y práctica”.
Otro punto que tuvieron en cuenta fue la decoración. Las ganas de lo artesanal se plasmaron en las sillas, mesas, colores y alacenas elegidas. Además de increíbles platos y bebidas, también venden vajillas artesanales y coloridas, mermeladas caseras y conservas. “Lo que buscamos con la comida, la madera y el bazar es que sea todo artesanal, hecho por manos de artesanos”, cuenta.
Según Mariana, la idea que encierra “La Alacena” es “romper con la producción en serie y que todo sea en el momento. La comida es artesanal, las medialunas, el pan y todo lo demás lo hacemos acá”, además revela que “en un futuro lejano tenemos ganas de abrir más sucursales”. Eso nos dice que hay comida casera en Almagro para rato.
Menú
Opciones accesibles y naturales desfilan por la carta de “La Alacena”. Croissants , budines, tortas y medialunas se entremezclan con huevos caseros, pastas, pescados, pollos o carnes de los menús fijos del mediodía. La base es siempre ofrecer productos de estacionalidad y cuidando la calidad.
“Queríamos hacer desayunos, meriendas y almuerzos; entonces hicimos una carta de sandwiches y ensaladas”, explica Mariana y comenta que todo lleva pan casero, hecho por ellas. Por otro lado, también tenían la idea de no hacer tanto verde e incorporar más verduras para lograr platos sustanciosos. A la noche abren dos veces por semana y proponen una carta antipasto; los sábados ofrecen huevos, brunch y tablas de queso. Profesionales Consultados: Mariana Bauza, chef y dueña “La Alacena”
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